HISTORIAS... CREATIVAS
(en el día de San Valentín)
Ella es un punto. Él una línea. Ambos viven en Lineland, singular lugar imaginario creado por un matemático, Norton Juster, quien diseña, escribe e ilustra esta historia basada en la matemática simple, para demostrar lo complejo y enredado que puede resultar una historia de amor.
La estrafalaria y maravillosa historia de amor fue escrita en 1963. La línea recta, al sentirse irremediablemente enamorado de un punto fuera de su
alcance, que sólo tiene ojos para un garabato sórdido, establece un cortejo
sobre ella.
Inspirada en la novela victoriana "Flatland: Un romance de muchas dimensiones", es una entrañable e ingeniosa
fábula de pasión y persistencia; una obra maestra muy creativa en donde
confliuyen las matemáticas, la filosofía
y el diseño gráfico.
Para cotejar al punto, la línea decide dominar innumerables
formas capaces de expresar todo su potencial. Durante meses practicó en
secreto. Pronto estaba haciendo cuadrados y triángulos, hexágonos,
paralelogramos, romboides, poliedros, trapecios, paralelepípedos, decágonos y
una infinidad de otras formas tan complejas que tenía que documentar sus lados
y ángulos para mantener su lugar. En poco tiempo había aprendido a controlar
cuidadosamente elipses, círculos y curvas complejas y podía expresarse en
cualquier forma que quisiera: "lo que usted quiera, estoy listo para
jugarlo".
Así que toma al punto una noche, y practica una metamorfosis
en una gran variedad de formas para encantarla, impactarla, con su refinada
versatilidad.
Juster lleva el final de la historia hacia el típico final de cualquier cuento de hadas; esos en los que el punto y la línea viven, si no felices para
siempre, al menos razonablemente.
En 1965 el libro fue adaptado en un cortometraje
de cine, igualmente fascinante y ganador del Oscar, realizado por Chuck Jones.