8 feb 2016

UN PASADO DIGITAL... QUE NO PERDONA

  


   A menudo se vuelve noticia un Tweet que, por más que fue borrado por el usuario (figura pública generalmente), pudo antes ser captado en imagen. En ese caso hablamos de pasado inmediato que no perdona. Pero hace unos días me encontré con un artículo/reflexión que definitivamente abre un debate acerca de un tema que pocas veces nos detenemos a analizar. 

  Me tomé el atrevimiento de traducirlo para así poder compartirlo con todos. El artículo es de Tasbee Herwees Artículo En Inglés

     Fue el 18 de agosto del año pasado. Ala Buzreba todavía recuerda esa fecha, porque fue el día en el que encontraron los tweets. La canadiense de 21 años de edad, entonces candidata del Partido Liberal en Calgary, despertó por una inquietante llamada telefónica de su Coordinadora de campaña, quien le dijo que habían encontrado un número de post ofensivos que Buzreba habría "colgado" siendo una adolescente. "Ella me envió imágenes de los tweets y yo me dije, "Oh Dios mío", me dijo Buzreba. En uno de los tweets, le dice a un usuario de Twitter pro israelíes que él o ella debía haber sido abortada. En otro, se queja de un corte de pelo que recibió porque le hace parecer una "lesbiana". Buzreba incluso no recordaba haberlos publicado. Eran tweets de una vieja versión de sí misma, de un adolescente en internet cuya sensibilidad política y social era cruda y desinformada. Su Historia entera en Twitter tendría que haber sido desechada antes de que comenzara su campaña, pero de alguna manera, consiguieron algunos tweets.

 "No te preocupes," le dijo su coordinadora. "Nos estamos encargando del asunto." Buzreba fue a la escuela y a su trabajo en una compañía de seguros, como de costumbre. Al mediodía, sin embargo, los tweets de Buzreba se habían convertido en noticia nacional. Blogs políticos publicaron la historia al igual que las principales agencias de noticias. Pronto, La Foto de campaña de Buzreba salía en la CBC, la red de televisión más grande de Canadá. "Un reportero estuvo dando vueltas alrededor de la oficina buscándome. Las personas intentaron incluso que me despidieran de mi trabajo. Ellos twittearon mencionando a la empresa, diciendo: “¿Cómo pueden ustedes tener como empleada a alguien así?" También twittearon a la universidad donde estudiaba.

   Justin Trudeau, entonces candidato del Partido Liberal del primer ministro, la llamó. Buzreba le dijo que estaba pensando en renunciar. Trudeau dijo que apoyaría cualquier decisión que tomara. Antes del final de la jornada, anunció su dimisión. En un comunicado publicado en Facebook, ella escribió:
 "Me gustaría reiterar que pido disculpas, sin reservas, por publicar comentarios que no reflejan exactamente mi punto de vista y quién soy ahora", escribió. "He publicado muchos contenidos en las redes sociales a lo largo de los años, y como muchos adolescentes, lo hice sin realmente tomarme el tiempo para pensar mis palabras y sopesar las consecuencias. Estoy segura de que esta decisión es la decisión correcta para mí y para la gente de Calgary Nose Hill."

   La Historia de Buzreba se vuelve cada vez más familiar en la época que vivimos — una en la que la generación de adultos jóvenes alcanza la mayoría de edad teniendo plenamente documentados todos sus errores juveniles e indiscreciones en línea. YouTube, Twitter, Facebook, Reddit  y Tumblr, son recipientes virtuales de lo que éramos. A menudo podría apenarse cualquiera cuando las "memorias" de Facebook publican algo de tres,  dos o incluso hace un año. Es una lucha para recordar el marco exacto para una foto tonta o meme que publicaste, o por qué los amigos que aparecen comentando ya no son personas con las que mantienes contacto. La gente cambia. Crece.  Adquiere experiencias de vida, conocimientos, que las hacen mejores o peores personas. Pero la internet preserva imágenes de nuestra vida anterior, manteniéndolas frescas y nuevas, como si se hubiesen hecho ayer.

   "Todo lo que hagas en la plataforma digital, ya sea en línea o móvil, cualquier cosa es permanente," dice Karen North, directora del programa de medios de Comunicación Social Digital (DSM) de USC Annenberg y profesor en la Facultad de Comunicación. "Si usted piensa que es temporal, es permanente. Si usted piensa que es privado, es público".

   La mayoría de los usuarios de las redes sociales realmente no tendríamos que preocuparnos acerca de que nuestras historias en la internet sean utilizadas contra nosotros, a menos que tengamos enemigos particularmente malintencionados. Pero para alguien que considera una carrera como servidor público, la cache entera de registros disponibles en línea está en juego en su contra. Este conflicto fue más recientemente ejemplificado por las pruebas y tribulaciones de Trevor Noah, ahora el anfitrión de The Daily Show. El comediante fue sumido en la controversia tras el anuncio de que sería el conductor del espectáculo; enseguida tweets ofensivos que hizo años atrás comenzaron a resurgir. Pintaron una imagen de un hombre cruel hacia las mujeres y estereotipos antisemitas en su humor. Pero muchos de los tweets fueron hechos entre 2009 y 2012. El más reciente de sus tweets desagradables fue de 2014, casi un año antes de que se anunciara sería el nuevo anfitrión de The Daily Show. Contenía un chiste sobre cómo hay un "rico judío" detrás de cada "multimillonario rapero".
La indignación fue tal que Comedy Central se vio obligado a lanzar una declaración, y el mismo Noah abordó la cuestión en Twitter. "Reducir mis opiniones a un puñado de chistes no es un fiel reflejo de mi carácter ni de mi evolución como comediante," escribió.
¿Fue suficiente un año para que Noah se convirtiera en un hombre nuevo? Tenía 20 años cuando escribió la mayoría de los tweets en cuestión. ¿Es justo hacerlo responder por lo que dijo entonces? ¿Es el Trevor Noah que hoy conocemos ahora un hombre mucho más sabio que aquel reflejado en los tweets? Noah no perdió su trabajo por los tweets, quizás porque el público de Comedy Central tiene una tolerancia más alta para las bromas ofensivas que las personas en Twitter.

  Pero Buzreba se vio obligada a renunciar a una campaña que podría haber catapultado su carrera política. Semanas, incluso meses después del escándalo de Twitter, todavía seguía recibiendo mensajes con insultos y reclamos. "Recibí incluso correos electrónicos de gente que conocía, diciéndome: “No queremos tener que ver con usted", dijo. Incluso la expulsaron de un club de relaciones internacionales en la escuela y dos asociaciones de la comunidad donde ella trabajaba como voluntaria.

   La historia de Buzreba realmente me tocó a nivel personal. Como cualquier mujer de 24 años de edad, he vivido parte de mi vida en internet. Todavía puedo acceder a mi terrible poesía de secundaria y mi fanatismo por Harry Potter en perfiles que están todavía vivos. La persona que era a los 18, 20, o incluso 22, lleva solamente una semejanza marginal a la persona que soy ahora. He aprendido mucho, y todavía estoy aprendiendo. Si alguna vez confronto las cosas estúpidas que dije en una clase de inglés en el primer año, no tendría ninguna otra opción más que decir, "Siento mucho las cosas que dije, pero ya no tengo esas opiniones". Pero la manera en que internet puede orquestar todo un descarrilamiento de la vida de una persona, a cuenta de indiscreciones pasadas, significa que yo no podría ser capaz de escapar de las graves consecuencias por esas opiniones, aunque no reflejen mi Yo actual.

   ¿Es la respuesta a este dilema un estatuto de limitaciones para los posts ofensivos en los medios sociales? ¿Podemos poner una fecha de caducidad para las opiniones desagradables? Tal vez, con el fin de construir una internet más compasiva, necesitamos un mecanismo de perdón, una forma de permitir que las personas demuestren una evolución de pensamiento y crecimiento personal. La Profesora North no comparte esta preocupación, argumentando que se trata de un beneficio y no un fracaso del sistema. "La transparencia de la forma en que vives tu vida digital o en línea, en su mayor parte, es algo bueno," dice. "Estamos ahora en un mundo donde las personas son responsables de las cosas que dicen públicamente porque las plataformas digitales son plataformas públicas."

  El año pasado, la Unión Europea se hizo noticia al querer implementar una controversial ley "Derecho a Ser Olvidado", que permitiría  a los usuarios pedirle a empresas de internet eliminar resultados de búsqueda que no deseaban que fuesen encontradas. Google, Yahoo o Bing, por ejemplo, serían obligadas a eliminar ciertos enlaces de resultados de la búsqueda por petición del usuario. Los críticos dijeron que la ley era demasiado amplia y difícil de aplicar. Otros dijeron que no era responsabilidad de Google regular los resultados de la búsqueda. Pero la iniciativa pone rostro  a una ansiedad presente en nuestra cultura contemporánea: siempre seremos perseguidos por nuestro pasado digital.
Quizás no necesitamos un convenio social de "prescripción" o una ley para hacer de internet un lugar mejor. Tal vez todo lo que necesitamos es un poco de compasión. North dice que las personas que han crecido en internet son ya más propensos a aceptar los errores del pasado de nuestros futuros líderes y figuras públicas. "Generalmente, si esa figura han vivido sus vidas de una manera sólida por un período de tiempo, entonces las personas dejarán de lado los malos juicios de su juventud," señala.

   Esperemos que un día, en un par de años, los acosadores de Buzreba se sientan responsables de sus sentimientos antimusulmanes. Estas personas, también tendrán que ser perdonadas. La redención vino para Megan Phelps-Roper, ex miembro de la Iglesia Bautista de Westboro, que solía twittear cosas odiosas contra los LGBT y los judíos, y vino para Justine Sacco, quien consiguió un trabajo de PR tras soportar una vorágine virtual de animosidad por un tweet racista. ¿Será también absuelta Ala Buzreba por su pasado? Le pregunté a Buzreba sobre sus tweets otra vez. "¿Esos sentimientos están alineados con quien eres ahora"?  "No," dice. "En ese entonces, yo no vivía en el mismo país. Estaba en una escuela secundaria. Yo no había viajado, no había ido a la Universidad. Nunca trabajé. Era una niña tonta escribiendo cosas detrás de un ordenador".
Buzreba abandonó su carrera política, aunque todavía se involucra a través de su participación en los Jóvenes Liberales de Alberta, una organización local que sirve como ala juvenil del Partido Liberal.  Intentó incluir en la agenda una política similar a la ley "Derecho A Ser Olvidado" de Europa en la agenda. No hubo mucho interés, pero Buzreba lo intentará nuevamente.

 Ella ya no usa Twitter. Pero recientemente, participó en un debate acerca de Twitter organizado por los estudiantes de la Universidad de Guelph en Ontario. "¿Es justo el haberte hecho responsable por tweets escritos hace cuatro años? Deberían los tweets tener fecha de caducidad?" le preguntaron. "Nada de lo que expreses siendo menor de edad puede ser usado en tu contra. Si los antecedentes penales pueden ser limpiados a los 18 años ¿por qué no los tweets?", respondió.

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