A menudo se vuelve noticia un Tweet que, por más que fue borrado por el usuario (figura pública generalmente), pudo antes ser captado en imagen. En ese caso hablamos de pasado inmediato que no perdona. Pero hace unos días me encontré con un artículo/reflexión que definitivamente abre un debate acerca de un tema que pocas veces nos detenemos a analizar.
Me tomé el atrevimiento de traducirlo para así poder compartirlo con todos. El artículo es de Tasbee Herwees Artículo En Inglés
Fue el 18 de agosto del año
pasado. Ala Buzreba todavía recuerda esa fecha, porque fue el día en el que
encontraron los tweets. La canadiense de 21 años de edad, entonces candidata del Partido Liberal en Calgary, despertó por una inquietante llamada telefónica
de su Coordinadora de campaña, quien le dijo que habían encontrado un
número de post ofensivos que Buzreba habría "colgado" siendo una adolescente. "Ella me envió imágenes de
los tweets y yo me dije, "Oh Dios mío", me dijo Buzreba. En uno de los tweets, le dice a un usuario de Twitter pro israelíes que él o ella debía haber sido
abortada. En otro, se queja de un corte de pelo que recibió porque le hace
parecer una "lesbiana". Buzreba incluso no recordaba haberlos
publicado. Eran tweets de una vieja versión de sí misma, de un adolescente en
internet cuya sensibilidad política y social era cruda y desinformada. Su
Historia entera en Twitter tendría que haber sido desechada antes de que
comenzara su campaña, pero de alguna manera, consiguieron algunos tweets.
"No te preocupes," le
dijo su coordinadora. "Nos estamos encargando del asunto." Buzreba
fue a la escuela y a su trabajo en una compañía de seguros, como de costumbre. Al mediodía, sin embargo, los tweets
de Buzreba se habían convertido en noticia nacional. Blogs políticos publicaron
la historia al igual que las principales agencias de noticias. Pronto, La
Foto de campaña de Buzreba salía en la CBC, la red de televisión más grande de
Canadá. "Un reportero estuvo dando
vueltas alrededor de la oficina buscándome. Las personas intentaron incluso que
me despidieran de mi trabajo. Ellos twittearon mencionando a la empresa, diciendo: “¿Cómo pueden ustedes tener
como empleada a alguien así?" También twittearon a la universidad donde
estudiaba.
Justin Trudeau, entonces
candidato del Partido Liberal del primer ministro, la llamó. Buzreba le dijo que estaba pensando en renunciar.
Trudeau dijo que apoyaría cualquier decisión que tomara. Antes del final de la
jornada, anunció su dimisión. En
un comunicado publicado en Facebook, ella escribió:
"Me gustaría reiterar que pido
disculpas, sin reservas, por publicar comentarios que no reflejan exactamente mi
punto de vista y quién soy ahora", escribió. "He publicado muchos contenidos en las redes sociales a lo largo de los años, y como muchos adolescentes, lo
hice sin realmente tomarme el tiempo para pensar mis palabras y sopesar las
consecuencias. Estoy segura de que esta decisión es la decisión correcta para
mí y para la gente de Calgary Nose Hill."
La Historia de Buzreba se vuelve
cada vez más familiar en la época que vivimos — una en la que la generación de
adultos jóvenes alcanza la mayoría de edad teniendo plenamente documentados
todos sus errores juveniles e indiscreciones en línea. YouTube, Twitter,
Facebook, Reddit y Tumblr, son recipientes
virtuales de lo que éramos. A menudo podría apenarse cualquiera cuando las
"memorias" de Facebook publican algo de tres, dos o incluso hace un año. Es una lucha para
recordar el marco exacto para una foto tonta o meme que publicaste, o por qué
los amigos que aparecen comentando ya no son personas con las que mantienes
contacto. La gente cambia.
Crece. Adquiere experiencias de
vida, conocimientos, que las hacen mejores o peores personas. Pero la internet
preserva imágenes de nuestra vida anterior, manteniéndolas frescas y nuevas,
como si se hubiesen hecho ayer.
"Todo lo que hagas en la
plataforma digital, ya sea en línea o móvil, cualquier cosa es
permanente," dice Karen North, directora del programa de medios de
Comunicación Social Digital (DSM) de USC Annenberg y profesor en la Facultad de Comunicación. "Si usted piensa que es temporal, es permanente. Si usted
piensa que es privado, es público".
La mayoría de los usuarios
de las redes sociales realmente no tendríamos que preocuparnos acerca de que nuestras
historias en la internet sean utilizadas contra nosotros, a menos que tengamos
enemigos particularmente malintencionados. Pero para alguien que considera una carrera como servidor público, la cache
entera de registros disponibles en línea está en juego en su contra. Este conflicto fue más recientemente
ejemplificado por las pruebas y tribulaciones de Trevor Noah, ahora el
anfitrión de The Daily Show. El comediante fue sumido en la
controversia tras el anuncio de que sería el conductor del espectáculo;
enseguida tweets ofensivos que hizo años atrás comenzaron a resurgir. Pintaron
una imagen de un hombre cruel hacia las mujeres y estereotipos antisemitas en
su humor. Pero muchos de los tweets fueron hechos entre 2009 y 2012. El más reciente de sus tweets desagradables fue de 2014, casi un año antes de que
se anunciara sería el nuevo anfitrión de The Daily Show. Contenía un chiste sobre
cómo hay un "rico judío" detrás de cada "multimillonario rapero".
La indignación fue tal que
Comedy Central se vio obligado a lanzar una declaración, y el mismo Noah abordó
la cuestión en Twitter. "Reducir mis opiniones a un puñado de chistes no
es un fiel reflejo de mi carácter ni de mi evolución como comediante," escribió.
¿Fue suficiente un año para que
Noah se convirtiera en un hombre nuevo? Tenía 20 años cuando escribió la
mayoría de los tweets en cuestión. ¿Es justo hacerlo responder por lo que dijo
entonces? ¿Es el Trevor Noah que hoy conocemos ahora un hombre mucho más sabio
que aquel reflejado en los tweets? Noah no perdió su trabajo por los tweets,
quizás porque el público de Comedy Central tiene una tolerancia más alta para
las bromas ofensivas que las personas en Twitter.
Pero Buzreba se vio obligada a
renunciar a una campaña que podría haber catapultado su carrera política.
Semanas, incluso meses después del escándalo de Twitter, todavía seguía
recibiendo mensajes con insultos y reclamos. "Recibí incluso correos
electrónicos de gente que conocía, diciéndome: “No queremos tener que ver con usted", dijo. Incluso la expulsaron de un club de relaciones
internacionales en la escuela y dos asociaciones de la comunidad donde ella trabajaba
como voluntaria.
La historia de Buzreba realmente
me tocó a nivel personal. Como cualquier mujer de 24 años de edad, he vivido
parte de mi vida en internet. Todavía puedo acceder a mi terrible poesía de secundaria
y mi fanatismo por Harry Potter en perfiles que están todavía vivos. La persona
que era a los 18, 20, o incluso 22, lleva solamente una semejanza marginal a la
persona que soy ahora. He aprendido mucho, y todavía estoy aprendiendo. Si alguna
vez confronto las cosas estúpidas que dije en una clase de inglés en el primer
año, no tendría ninguna otra opción más que decir, "Siento mucho las cosas
que dije, pero ya no tengo esas opiniones". Pero la manera en que internet
puede orquestar todo un descarrilamiento de la vida de una persona, a cuenta de
indiscreciones pasadas, significa que yo no podría ser capaz de escapar de las
graves consecuencias por esas opiniones, aunque no reflejen mi Yo actual.
¿Es la respuesta a este dilema un
estatuto de limitaciones para los posts ofensivos en los medios sociales?
¿Podemos poner una fecha de caducidad para las opiniones desagradables? Tal
vez, con el fin de construir una internet más compasiva, necesitamos un
mecanismo de perdón, una forma de permitir que las personas demuestren una evolución
de pensamiento y crecimiento personal. La Profesora North no comparte esta
preocupación, argumentando que se trata de un beneficio y no un fracaso del sistema. "La
transparencia de la forma en que vives tu vida digital o en línea, en su mayor
parte, es algo bueno," dice. "Estamos ahora en un mundo donde las
personas son responsables de las cosas que dicen públicamente porque las plataformas
digitales son plataformas públicas."
El año pasado, la Unión Europea se
hizo noticia al querer implementar una controversial ley "Derecho a Ser Olvidado", que permitiría a los
usuarios pedirle a empresas de internet eliminar resultados de búsqueda que no deseaban
que fuesen encontradas. Google, Yahoo o Bing, por ejemplo, serían obligadas a
eliminar ciertos enlaces de resultados de la búsqueda por petición del usuario.
Los críticos dijeron que la ley era demasiado amplia y difícil de
aplicar. Otros dijeron que no era responsabilidad de Google regular los
resultados de la búsqueda. Pero la iniciativa pone rostro a una ansiedad presente en nuestra cultura
contemporánea: siempre seremos perseguidos por nuestro pasado digital.
Quizás no necesitamos un
convenio social de "prescripción" o una ley para hacer de internet un
lugar mejor. Tal vez todo lo que necesitamos es un poco de compasión. North
dice que las personas que han crecido en internet son ya más propensos a
aceptar los errores del pasado de nuestros futuros líderes y figuras públicas.
"Generalmente, si esa figura han vivido sus vidas de una manera sólida por
un período de tiempo, entonces las personas dejarán de lado los malos juicios
de su juventud," señala.
Esperemos que un día, en un par
de años, los acosadores de Buzreba se sientan responsables de sus sentimientos
antimusulmanes. Estas personas, también tendrán que ser perdonadas. La redención
vino para Megan Phelps-Roper, ex miembro de la Iglesia Bautista de Westboro, que
solía twittear cosas odiosas contra los LGBT y los judíos, y vino para Justine
Sacco, quien consiguió un trabajo de PR tras soportar una vorágine virtual de animosidad
por un tweet racista. ¿Será también absuelta Ala Buzreba por su pasado? Le
pregunté a Buzreba sobre sus tweets otra vez. "¿Esos sentimientos están alineados
con quien eres ahora"?
"No," dice. "En ese entonces, yo no vivía en el mismo país.
Estaba en una escuela secundaria. Yo no había viajado, no había ido a la
Universidad. Nunca trabajé. Era una niña tonta escribiendo cosas detrás de un
ordenador".
Buzreba abandonó su carrera política, aunque todavía se involucra a través de su participación en
los Jóvenes Liberales de Alberta, una organización local que sirve como ala
juvenil del Partido Liberal. Intentó incluir
en la agenda una política similar a la ley "Derecho A Ser Olvidado" de Europa en la agenda. No hubo mucho interés, pero Buzreba lo
intentará nuevamente.
Ella ya no usa Twitter. Pero
recientemente, participó en un debate acerca de Twitter organizado por los
estudiantes de la Universidad de Guelph en Ontario. "¿Es justo el haberte
hecho responsable por tweets escritos hace cuatro años? Deberían los tweets
tener fecha de caducidad?" le preguntaron. "Nada de lo que expreses
siendo menor de edad puede ser usado en tu contra. Si los antecedentes penales
pueden ser limpiados a los 18 años ¿por qué no los tweets?", respondió.